Marta, una mujer de unos treinta y pocos años, vestida con un abrigo rojo, abrigado y elegante, entra en una exposición-instalación de arte contemporáneo. Observa la escena como si estuviera contemplando una obra de arte en un museo. La instalación consiste en una estancia dividida en dos habitaciones diferentes. Un único elemento unifica el espacio: Un sofá. Toda la estancia está resquebrajada por una grieta en el medio de la misma y que divide también el sofá en dos. La grieta hace que todo el cuarto tenga dos ambientes diferentes, antagónicos. Creando el salón de dos casas distintas unido por una grieta. El sofá es el único elemento común a los dos espacios, aunque la grieta también lo divide en dos, creando, igualmente, dos sofás diferentes. Una parte del salón corresponde a una casa de diseño, burguesa y minimalista: tipo IKEA, Habitat o la Oca. La otra parte del salón corresponde a una casa de un estilo moderno, muebles de diferentes épocas y tendencias, con cierto aire hippie-oriental. Se oye una extraña grabación de cuatro voces, dos masculinas y dos femeninas, hablando a la vez… es difícil distinguir lo que dicen.
A Marta todo le resulta familiar. Deambula por el espacio. De repente, aparece un hombre de unos 30 años, Nacho, vestido con traje que combina a la perfección el aspecto clásico con el moderno. Todo en él es extremadamente cuidado y estudiado. Se sienta en el sofá, en el lado de la habitación burguesa. Tras él aparece otro hombre, de aspecto muy masculino, Denis, lleva una camiseta de tirantes, que deja ver sus músculos, atada a la cintura una camisa de cuadros, unos pantalones vaqueros anchos y caídos y botas de deporte. Su ropa está manchada con restos de pintura, todo indica que es un artista. Se sienta en el lado del sofá neohippie-oriental. Tras él aparece una mujer que se sienta a su lado, Carmen, va vestida con un estilo desenfadado y despreocupado. Carmen es una mujer morena, de belleza contundente. Se arregla el pelo y mira hacia el frente.
Marta, al ver la escena, se queda a un lado observando y se quita el abrigo negro que lleva. Descubrimos que va vestida con un gran gusto estético, un traje de diseño, clásico y moderno a la vez. Su forma de vestir marca un signo de elegancia natural. Duda por un momento qué hacer, pero finalmente se sienta en el lado burgués de la casa junto a Nacho, el hombre del traje de chaqueta.
Nacho, Marta, Denis y Carmen comienzan a hablar a la vez. Sus voces, poco a poco, se van acoplando a la perfección con la grabación que está sonando. Finalmente las voces reales hacen acallar la grabación.